jueves, 24 de abril de 2014

Crónica A4

Hoy en día todos solemos pensar más en nosotros mismos que en los demás. El camino nos ha ido enseñando que nos podemos querer como hermanos. El camino ha sido como una meta que comienza y termina cuando nosotros decidimos. Tú decides tus metas e ilusiones en la vida. En el camino hemos aprendido a valorar a otras personas y conocer las más a fondo. Cambiar un solo "buenos días" por una larga jornada de conversación y apoyo. Para nosotros, uno de los momentos más impactantes sucedía todos los días cuando los que iban atrás no podían más pero continuaban paso a paso hasta el final sin rendirse.



Todas las noches siempre eran diferentes a las de Palencia porque nunca faltaba un "buenas noches" de nadie o un abrazo o un beso. Nunca faltaban tus compañeros al otro lado de la cama o abajo. Nunca faltaban las sonrisas... Y los "buenos días" de los profesores nos hacían olvidarnos un poco de la hora. Y así nos damos cuenta de que los profesores son otros cuando no dan clase. Son amigos.


El camino no hubiera sido el mismo sin los lloros, las risas, los dolores, las ampollas, los cafés por las tardes, el "calvo y corto" en los "walkytalky"...

Una de las mejores anécdotas del camino que más nos han marcado ha sido que un compañero nuestro andaba mal por las ampollas y le paró la policía porque pensaba que estaba borracho. 
 
A todos los de tercero nos ha cambiado el camino. Hemos encontrado la chispa de nuestro interior, la chispa de todos. Las personas más tímidas empiezan a hablar, los chicos y las chicas se juntan... Algo ha cambiado.  El camino es algo que repetiríamos siempre ya que te cambia la vida, siempre para bien. Es una experiencia que recomendamos a todo el mundo que esté dispuesto a vivirla desde dentro y fuera de si mismo.

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