jueves, 24 de abril de 2014

Crónica A3

Ha sido una experiencia que nosotros creemos que les gustaría a todos los demás chicos y chicas que vayan a ir los siguientes cursos ya que te escapas de lo que es la rutina aunque solo sea por seis días y vives nuevas experiencias como relacionarte con otras personas que nunca habías tenido relación con ellas, mejorar las relaciones con los profesores, etc.

Lo más duro de todo es caminar pero cuando llegas al albergue, piensas en la satisfacción propia y en que toda la tarde la vas a tener libre para irte con tus amigos por un pueblo en el que casi no hay personas y las pocas que hay no te conocen. En el tiempo libre tienes ganas de quedarte todo el rato en la cama, descansando pero en cada pueblo tienes que hacer alguna actividad, por ejemplo, de matemáticas, como medir alguna cosa... Eso te hace conocer más los pueblos, puesto que vas con tus amigos a dar una vuelta.

También se dejan a tras todos los complejos y te das cuenta de que nadie es perfecto, todos tenemos algo de los que nos avergonzamos pero al final todos nos hemos tratado igual.

Algunas anécdotas simpáticas...  La primera noche teníamos ganas de fiesta y empezamos a liarla. Valdés hacia como si hablaba en sueños, Marco se pasó todo el rato tirándose pedos, Jorge Santos se metió en la cama de Andrés Ovejero sin camiseta y en calzoncillos, Rodrigo hacia ruidos extraños... Todo esto mientras Roberto estaba detrás de una columna con una linterna y Andrés diciéndole que si se creía el vigilante de un museo y él no les podía ver....... Acabamos llevando el saco todos al día siguiente.



Tampoco nos olvidaremos de los chistes de Roberto.

El último día uno del colegio de Sevilla llamado Jorge se metió en una de las tiendas y, mientras María Calderón pagaba un regalo de su hermano pequeño, se le declaró y Maria se empezó a poner roja y solo decía "espera, espera"... al final se fue corriendo y se quedo el chaval solo.


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