viernes, 11 de abril de 2014

Crónica A2


El Camino de Santiago ha sido impresionante, nos inculca valores que nadie podrían enseñarnos. Hemos roto barreras con los compañeros que creíamos haber perdido o pensábamos que no podríamos hablar con ellos. Nos hemos llevado de allí nuestra propia experiencia, no la de los demás. Todo el esfuerzo, los lloros, los momentos y apoyos que hemos compartido han merecido la pena por llegar al km. 0, sentarnos al lado de la catedral de Santiago y emocionarnos.

Todo el esfuerzo de la mañana tenía su recompensa por la tarde: los masajes, los chistes de Roberto, las anécdotas de Desiré, las historias de veinteañero de Juanan y toda la ayuda del mosquetero Fernando.. Cada paso nos acercaban más a ellos, y a todas aquellas pequeñas personas del Camino que al conocerlas se hacían enormes. 



Aprendes a estar con lo básico sin casi ningún capricho. Aprendes a dejar de ser tan superficial y a ser un poco más persona. Dejas atrás todos los enfados que has tenido. Los olvidas y emprendes otro camino nuevo hacia una relación mejor con los demás.

Te purificas a ti mismo con el agua de todas las fuentes y ríos del camino, no quieres irte porque sabes que eso es lo mejor que has pasado, y aunque echabas de menos a tus personas queridas, no sabes que echarás de menos aquella experiencia que más recordarás con tu clase. El estar casi siempre con la misma ropa te enseña a saber aprovechar lo que tienes aunque lo que llevas en tu mochila creas que sea poco. 

Descubres en las personas una gran belleza interior: el orgullo de haber hecho el camino con todo su esfuerzo y dedicación. Nada pudo con ellos y al llegar a la catedral, todo aquello dio su fruto. Y otro gran descubrimiento fue descubrir la belleza escondida en la naturaleza que a veces no contemplas ni en tu lugar de origen porque tus montones de cosas no te dejan verlo.



Nos impresionaba ver que los compañeros estaban pendientes de buscar un sitio donde dejar su piedra con su nombre. No valía cualquier lugar y eso resultaba apasionante. Igual de apasionante que llegar a Santiago de Compostela y estar con todos los peregrinos que llegaban y se echaban en el centro de la plaza agotados.

También valoramos mucho el haber entrevistado a personas de diferentes países que ni conoces pero que te parecen todas interesantes. Y saber que el camino no acaba, sino que otro, más importante, empieza, que nada tiene un principio ni un final, que no hay que dejar todo para el final, y que hay que acabar todo lo que empiezas... Son lecciones que tendremos siempre presentes.


No hay comentarios:

Publicar un comentario